Es clave generar en nuestra mente muchos pensamientos y emociones positivas en base a experiencias reales para revertir la tendencia negativa con que nace el cerebro.

Por Rodrigo A. Cauas E.
Psicólogo Deportivo
Divulgador Científico
@rodrigocauas

Muchas de las habilidades emocionales de las personas que se pensaba que se generaban genéticamente, hoy se sabe que pueden desarrollarse perfectamente. Solo basta descubrir los mecanismos para poder hacerlo.
Ya hemos comentado anteriormente que nuestro cerebro nace y está programado de manera negativa, y eso hace que muy a menudo nos centremos más en los problemas que en las soluciones, que observemos más lo malo que lo bueno, que nos cueste focalizarnos más en las soluciones que en los problemas.
Pero también hemos comentado anteriormente que la “llave maestra” para cambiar nuestro cerebro negativo es la mente, que corresponde a nuestras emociones y pensamientos. La mente puede influir decisivamente en potenciar todas nuestras actividades en la vida, incluyendo la práctica del running.

Positivismo Real

Muchos corredores señalan sentirse confiados en que lograrán sus metas y objetivos en una carrera. Esa creencia se suele sustentar en lo logrado en los entrenamientos, como también en los resultados anteriores, en ciertas habilidades desarrolladas o en las opiniones de otros. En este caso, el corredor tiene una alta expectativa de autoeficacia. Sin embargo, nuestro cerebro, que no discrimina entre lo real y lo ficticio, intenta por varios medios decirnos que eso “no es verdad” y que “no debes creértelo”. Por ello es muy importante generar alrededor de este cerebro muchos pensamientos y emociones positivas.
En carreras de largo aliento como la maratón o la media maratón esto es muy relevante porque el diálogo con uno mismo que se produce durante la carrera puede permitir disfrutar la competencia y lograr el tiempo que se ha planificado. Esto además se suma al denominado “sesgo optimista” que el cerebro tiende a repetir constantemente, que corresponde a la tendencia que tiene cada corredor de sobreestimar las posibilidades de éxito en una carrera y subestimar las probabilidades de vivir experiencias negativas.
Lo anterior es válido para confirmar que los corredores no son optimistas por el simple hecho de manifestarlo, ya que si no tiene una base objetiva puede generar una gran frustración.
Por lo tanto, lo recomendable es que la mente se alimente de pensamientos y emociones positivas cuando verdaderamente se experimentan y tengan un sustento real. Así, cuando percibas que has hecho un buen entrenamiento, no debes pasarlo por alto; si has recibido un buen comentario de otro corredor o del entrenador, no debes dejarlo pasar; y cuando logres un objetivo deseado en una carrera, también debes celebrarlo, ¡tu cerebro también lo necesita!

Beneficios

Se ha comprobado que el optimismo reduce la ansiedad y el estrés. Y cuando eso ocurre en general, tenemos mayor posibilidad de desarrollar conductas eficaces y tomar mejores decisiones en el transcurso de una carrera.
Además, los optimistas tienden a una mayor adherencia a los procesos (abandonan menos los entrenamientos), cumplen de manera más rigurosa los entrenamientos, descansan adecuadamente, se alimentan mejor y cumplen a cabalidad con el proceso de recuperación frente a una eventual lesión.
Diversos estudios han concluido de manera fehaciente que los optimistas entrenan más horas, son más perseverantes y generan mayores recompensas intrínsecas que hacen perdurar la motivación general por mucho más tiempo.